La visita de Evelyn en Buenos Aires

La experiencia de asistir a la exposición del Titanic, fue, desde el comienzo hasta el último minuto, increíble. Retrocedí en el tiempo exactamente unos 89 años, durante todo el recorrido. Ver los detalles de cada objeto rescatado del naufragio como peines, hebillas (que si una soñaba, bien podrían ser la que Rose se colocaba en el pelo!), trajes enteros, billetes, cartas con machas de humedad, equipajes, manijas de canillas de los baños. No lo podía creer. Estaban ahí ante mis ojos!!

Luego, fue impactante observar cada foto de cada tripulante del gran barco. Y allí, conocí sus historias. También fue lindo poder tocar una parte del barco... Pero lo más espectacular fue al ingresar por el pasillo blanco donde caminaba Jack, Rose, y tantos personajes de la película. Era igual!! Hasta llegar a una de las habitaciones con cada detalle increíble que uno pensaba que estaba realmente allí. Y ver la habitación de la tercera clase, la cubierta, la escalera, todo. Se respiraba una atmósfera increíble y extraña.

Si alguien tiene la posibilidad de verla, le aconsejo que no se la pierda, ya que pienso que es una experiencia que se da una sola vez en la vida: la de recobrar por un instante el pasado, la Historia, que ya no vuelve más